1. Al aprender a gestionar emociones, el menor puede protegerse cuando no está un adulto de confianza con el, le puede permitir estar alerta e identificar factores de riesgo y evitar ser vulnerable ante ciertas situaciones
2. El tener conciencia de los factores de vulnerabilidad, nos puede ser de apoyo para prevenir más abusos y saber acompañar en el proceso, nos ayuda a estar más atentos y también el poder crear un entorno familiar y social con protección
3. Cuando depositamos sana educación a menores y les damos confianza, puede producir un fuerte autoestima en ellos que los ayudará y protegerá a no ser vulnerables ante el abuso sexual, les da conocimiento y herramientas para su auto cuidado