Es importante enseñar a los niños y adolescentes de los pasos y decisiones enseñados para protegerlos del abuso sexual y emocional. Esto les permite reconocer comportamientos inapropiados y respetar los límites de su cuerpo y los de los demás, lo cual es muy importante para su seguridad personal.
Los abusadores suelen utilizar el secreto y el miedo para silenciar a los niños y adolescentes, por lo que enseñarles que no deben guardar secretos sobre temas relacionados con su cuerpo o su bienestar les ayuda a romper ese ciclo. Si los niños y adolescentes comprenden que tienen derecho a decir “no” cuando se sienten incómodos o inseguros, aprenden a defenderse y a establecer límites saludables. Esto les empodera y les da herramientas para rechazar situaciones peligrosas.
Además, al fomentar una comunicación abierta, los niños y adolescentes sabrán que pueden acudir a mentores o adultos de confianza si algo les pasa. Esto crea una red de apoyo para que no se sientan solos y puedan expresar lo que sienten sin miedo ni vergüenza. Esta enseñanza les ayuda a desarrollar confianza en sí mismos, a gestionar sus emociones y a evitar el aislamiento emocional.
Finalmente, al educarlos sobre su derecho a la protección, se promueve un desarrollo emocional saludable, se previenen traumas a largo plazo y se les ofrece un entorno seguro para crecer, confiando en que siempre podrán buscar ayuda cuando lo necesiten.