Comprender lo que genera en una persona haber sufrido experiencias adversas durante la niñez es crucial porque estas vivencias pueden dejar huellas profundas a nivel emocional, psicológico y social.
1. Muchas actitudes, reacciones o patrones de conducta en la vida adulta tienen su origen en experiencias tempranas. Conocer ese vínculo ayuda a entender mejor a las personas.
2.Saber cómo afectan estas experiencias fomenta la empatía hacia quienes las han vivido y promueve la creación de entornos más seguros y protectores para la infancia.
3.Detectar y abordar estas situaciones desde el principio.
Reflexionar sobre estas vivencias no solo ayuda a quienes las han experimentado, sino también a quienes desean acompañar, educar o cuidar desde una mirada más compasiva y constructiva.