1. Es fundamental explicar a los padres que el abuso no siempre es físico y puede incluir tocamientos inapropiados, exposición a contenido sexual, o solicitudes de guardar secretos relacionados con actividades sexuales. La mayoría de casos involucran personas conocidas del menor, no extraños.
2. Estos métodos son efectivos porque están adaptados por edades: los niños pequeños necesitan pasos simples y claros, mientras que los adolescentes requieren herramientas más sofisticadas para tomar decisiones informadas. Cuando los padres dominan estas estrategias, crean un ambiente de comunicación abierta donde los menores se sienten seguros para reportar situaciones de riesgo.