Creo que es súper necesario que los adultos que están cerca de los niños y adolescentes entiendan bien qué es el abuso sexual. No solo porque es algo grave, sino porque muchas veces los chicos no saben cómo decir lo que les está pasando. Les da miedo, vergüenza o piensan que nadie les va a creer. Y si los adultos no saben del tema o no lo quieren hablar, entonces los niños se quedan solos con ese dolor.
El abuso no es solo una cosa que pasa y ya. Eso se queda en la mente, en el corazón, en la forma en que uno se ve y se siente. He aprendido que un abuso puede marcar a alguien para toda la vida si no recibe ayuda. Por eso los adultos deben dejar de ver este tema como un tabú. Tienen que educarse, hablar claro, estar pendientes de sus hijos, sobrinos, estudiantes, lo que sea. Porque a veces el peligro no está lejos… a veces está en la misma casa.