Conocimiento y habilidades: Permite enseñar lo básico sobre el abuso, señales de alerta, límites y cómo pedir ayuda.
Confianza y seguridad: Crea un espacio seguro para preguntar, practicar y sentirse más seguros al usar estas habilidades.
Cambio cultural: Ayuda a que los niños se defiendan y promueve una comunidad que prioriza la seguridad infantil.