1. Desarrollo físico y emocional: Durante la adolescencia, los jóvenes experimentan cambios significativos en su desarrollo físico y emocional, y he aquí la importancia de que ellos conozcan su cuerpo, lo respeten y lo hagan respetar. La explotación sexual puede tener consecuencias devastadoras en su salud mental y emocional, incluyendo trastornos de ansiedad, depresión y problemas de autoestima. Proteger a los adolescentes de estas experiencias les permite desarrollarse de manera saludable y equilibrada.
2. Falta de experiencia y conocimiento: Los adolescentes a menudo carecen de la experiencia y el conocimiento necesarios para reconocer situaciones de riesgo o manipulación, podemos hablar del criterio y la independencia. Pero su vulnerabilidad biológica puede hacer que sean más susceptibles a la coerción y la presión social. La prevención ayuda a educar a los jóvenes sobre sus derechos y les proporciona herramientas para identificar y resistir situaciones de explotación.
3. Impacto en el futuro: La explotación sexual puede tener repercusiones a largo plazo en la vida de un adolescente, afectando su capacidad para establecer relaciones saludables, su rendimiento académico y sus oportunidades laborales. Al prevenir estas situaciones, se les brinda la oportunidad de construir un futuro más seguro y prometedor, lo que contribuye al bienestar general de la sociedad.
Estas razones subrayan la importancia de implementar programas de educación y prevención que aborden las vulnerabilidades específicas de los adolescentes cómo lo es Proyecto Protégeme
