Debemos relacionarnos con los niños que nos revelan su situación desde el respeto a la relación de confianza que nos han otorgado.
Hasta ahora, existe una multitud de diferentes programas de prevención que se
dirigen a destinatarios diferentes (menores o adultos), trabajan con una variedad de
métodos (por ejemplo, aprendizaje en línea, presencial) o se dirigen a diferentes contextos
(escuela, familia, clubes, iglesias, etc.). Además de estos, hay una serie de esfuerzos en el
ámbito político, así como campañas públicas. El objetivo de estas
estrategias y programas es proteger efectivamente a niños y jóvenes de los abusos sexuales. Sin embargo, un exceso de euforia puede no estar justificado. La cantidad
no significa automáticamente también calidad y lo que parece ser eficaz a primera vista,
puede no serlo tras una revisión empírica. Esto significa que los programas de prevención
contra el abuso sexual necesitan ser evaluados a conciencia y regularmente con métodos
fiables y deben desarrollarse más. Desde el punto de vista actual, nadie
puede predecir qué tipo de prevención o qué combinación de diferentes estrategias será más
eficaz. Muchos programas tienen que adaptarse a los contextos y necesidades específicas
pertinentes.