Tiene toda la razón, Kerin. La protección de los niños y niñas es una responsabilidad fundamental de todos los adultos. El pasaje de Marcos 9:42 resalta la gravedad de hacer daño a los más vulnerables. La falta de educación y valores ha permitido que el abuso persista, y es crucial abordar este tema abiertamente. Promover la educación sexual y crear conciencia son pasos necesarios para prevenir el abuso y fomentar comunidades más seguras. No solo debemos cuidar de nuestros propios hijos, sino también de todos los menores a nuestro alrededor, trabajando juntos para construir un entorno de protección y apoyo. La prevención comienza con el diálogo y la acción.