Buenas tardes amigos y amigas de proyecto proyegeme,
A lo largo de nuestras vidas, nos enfrentamos a situaciones que dejan cicatrices profundas en nuestro ser. El conocer las repercusiones del trauma en una persona que ha experimentado adversidades durante su infancia es crucial para comprender la complejidad de su dolor y su lucha diaria.
Las reacciones ante el trauma, ya sea a través de la hiperactivación o la disociación, revelan la magnitud del sufrimiento que cargan en silencio aquellos que han sido heridos en su alma desde temprana edad. Las secuelas del trauma son como sombras que siguen a la víctima, afectando su autoimagen, su percepción del mundo y su capacidad para relacionarse de manera sana.
El vínculo fatal entre el amor, el sexo y el abuso es una triste realidad que muchas víctimas deben enfrentar, sintiendo que su valía se reduce a su valor sexual, olvidando sus sueños y deseos en el camino. El escapar de ese dolor puede llevar a caminos peligrosos, donde la ilusión de libertad se desvanece rápidamente en la crudeza de la calle y la explotación.
Es en momentos como estos, al ver el sufrimiento y la vulnerabilidad de los más pequeños, que debemos alzar la voz y actuar. La prevención del abuso sexual infantil es una responsabilidad que recae en todos nosotros, pues solo a través de la educación y el apoyo podremos ofrecer un futuro más seguro y lleno de posibilidades para las generaciones venideras.
Recordemos que cada acción, cada palabra de consuelo y cada esfuerzo por detener el ciclo del abuso pueden marcar la diferencia en la vida de una persona. Es en la empatía y la solidaridad donde encontramos la fuerza para sanar juntos las heridas del pasado y construir un mañana más esperanzador para todos.