Me identifico con tu comentario, pues también viví la triste experiencia del acoso, ciertamente tampoco me violaron físicamente, pero el trauma la inseguridad y el sentimiento de desprotección de una madre que sin intención o quizás también por sus propios miedos o desconocimiento no acepto esa verdad que ocurrió, marco mi niñez, pero gracias a Dios que el siempre pone en nuestras vidas una oportunidad y una salida por amor.