1. Construcción de confianza y comunicación segura**
Dedicar varias sesiones permite que los niños desarrollen un vínculo de confianza con los adultos a cargo, lo cual es esencial para que se sientan seguros al expresar dudas, miedos o experiencias incómodas. Una sola charla no basta para abrir estos canales de comunicación; el tiempo y la repetición son claves.
2. Refuerzo del conocimiento y habilidades de protección**
La prevención del abuso sexual no puede enseñarse de manera efectiva en una sola sesión. Los niños necesitan tiempo para comprender, practicar y recordar conceptos fundamentales como el respeto por su cuerpo, la diferencia entre secretos buenos y malos, y cómo pedir ayuda. Cinco o más sesiones permiten reforzar estos aprendizajes de forma clara y adaptada a su edad.
3. Normalización del diálogo sobre temas sensibles**
Al abordar el tema en múltiples encuentros, se contribuye a eliminar los tabúes y el miedo alrededor del tema del abuso. Esto ayuda a los niños a ver que hablar de su cuerpo, sus emociones y sus límites es algo natural y saludable, favoreciendo así su empoderamiento y su capacidad de defenderse.