Impacto en el desarrollo emocional y psicológico: Durante la adolescencia, el cerebro aún está en desarrollo, particularmente en áreas relacionadas con la toma de decisiones, el control emocional y la identidad personal. La explotación sexual puede causar traumas profundos, como trastornos de ansiedad, depresión y baja autoestima, afectando su salud mental a largo plazo.
Consecuencias físicas y biológicas: Los adolescentes, debido a su inmadurez biológica, son más vulnerables a las consecuencias físicas de la explotación sexual, como enfermedades de transmisión sexual (ETS), embarazos no deseados o daños en su salud reproductiva. Además, sus cuerpos aún no están completamente preparados para enfrentar tales riesgos.
Desarrollo de relaciones y comportamientos insanos: Al estar en una etapa clave de formación de su identidad y comprensión de las relaciones, la explotación sexual puede distorsionar su percepción de lo que es una relación sana, promoviendo la normalización de la violencia, la manipulación y el abuso. Esto puede afectar negativamente sus relaciones futuras y su capacidad para establecer vínculos saludables.
Prevenir la explotación sexual protege el bienestar físico, emocional y social de los adolescentes, permitiéndoles desarrollarse en un ambiente seguro.
